Ya no discuto más con la hijastra
He dejado de pelear con la hija de mi esposa, aceptando su promiscuidad y decidiendo aprovecharme de ella Al principio me enfurecí al enterarme de que era famosa por sus encuentros sexuales en el pueblo, pero después de intentar corregirla sin éxito, decidí no seguir molesto A pesar de que su madre desconoce la situación, al sugerirme que también podría complacerme, mi enojo desapareció por completo