Vivía en su casa a cambio de darle su cuerpo
Era realmente bella y se aprovechaba de ello. Vivía con un hombre sin pagar nada, lo único que hacía era poner el coño, le daba su cuerpo a cambio de ciertos beneficios. Pero lo mejor de todo es que el hombre le gustaba, por lo que era un negocio redondo. Eso si, siempre tenía que estar dispuesta a satisfacerle cada vez que la reclamaba, como aquél día por ejemplo. Él se le acercó en el sofá y comenzó a besarla diciéndole que tenía ganas de follar, ella no pudo pensárselo mucho tiempo. Comenzó a desnudarla y poco después se la estaba follando de pie, hasta que fueron al sofá. Follarse a una hembra como ella es algo que solo unos pocos pueden hacer.