Tres guarras haciéndole mamadas en la piscina
No podía dejar de mirar a esas tres guarras en la piscina con sus bikinis mojados y sus cuerpos de infarto, y al final las chicas se dieron cuenta, divertidas, de que las observaba con una empalmada mal disimulada, de modo que se arrimaron a la orilla y le pidieron que se acercara. De pronto, el chico se vio rodeado de tres bocas hambrientas de verga y le hicieron una mamada al mismo tiempo sin salir del agua. Qué delicia de lenguas, cómo disfrutaban de cada palmo de su rabo chupándolo, succionándolo y masajeándole los huevos.