¿Te apetece follar conmigo?
La guarra había estado un buen rato masturbándose cuando llamaron a la puerta de casa. Era su vecino, un hombre maduro pero que por alguna razón a ella la ponía cachonda. Cuando abrió todavía estaba medio desnuda, sus tetas asomaban pues no se había abrochado la camisa. Aquél hombre maduro no hacía más que mirarla hipnotizado por aquellos pechos jóvenes. Se sentaron y fue precisamente la guarrilla la que le dijo si le apetecía follar. Ella aun estaba muy caliente y sabía perfectamente que pocos hombres maduros se resistirían a aquella petición. Nada más decirlo el tío se sacó el rabo y ella se lo chupó. Parecía un sueño pero era totalmente real, iba a follarse a la zorra de su vecinita. A la teen le encantó su rabo, no era muy largo pero si bastante grueso. Hasta el punto de que tenía una polla tan gorda que apenas le cabía en la boca, solo hacía que pensar que con ese rabo dentro de su coño se sentiría totalmente llena. Una vez se desnudaron por supuesto se la folló, y además se la metió entera tal y como ella quería. Sin lugar a dudas eso era mucho mejor que masturbarse.