Papá, yo se que hacer para que te relajes. ¿Me dejas?
Ella veía a su padre demasiado agobiado con su trabajo hasta que se le ocurrió que ella sabía perfectamente como hacer que un hombre se relajara. Está claro que no era la mejor forma para conseguir la relajación de su padre, pero aun así era un hombre, ¿no?. Dubitativa comenzó a tocar el paquete de su padre con intención de sacarle la polla, mientras tanto ella lo miraba esperando que se enfadara o que le dijera lo guarra que era. Sin embargo el padre se quedó quieto, como esperando a ver que coño hacía la zorra de su hija. Y lo que iba a hacer estaba claro, le sacó la polla y comenzó a chupársela. Si se hubiera corrido en su boca habría sido suficiente, sin embargo ninguno de los dos quería conformarse con una simple mamada. Se empezaron a desnudar y poco después la jovencita se sentó sobre la verga del hombre sintiendo como su polla entraba suavemente en su vagina. Poco a poco la escena se fue convirtiendo cada vez más guarra, la puso a cuatro patas y empezó a follársela como a una puta. Así siguieron un buen rato hasta que finalmente el tío tuvo que correrse, y no encontró un mejor sitio que la cara de su hija. Después de aquello efectivamente el método de la jovencita funcionó, estuvo bastante más relajado.