pagando al veterinario con una cabalgada
Ser tu propio jefe tiene sus ventajas porque puedes cobrar tus servicios de muchas formas, entre ellas, con una buena follada. A este veterinario no le interesa precisamente el dinero y eso que la chica le ofreció 50 euros para pagar la visita de urgencias que duró tan solo cinco minutos, ella tenía algo en su escote que valía mucho más y que no se paga ni con todo el oro del mundo: unos pezones muy duros y unas tetas que rozaban la perfección.