No te preocupes, soy un sacerdote, puedes desvestirte
La joven tenía problemas para conciliar el sueño y decidió probar la masturbación como método para relajarse, algo común entre las mujeres Sin embargo, se dejó llevar y terminó experimentando con un juguete anal Aunque disfrutó de la sensación, se sintió culpable al considerarlo un pecado Movida por su fe, acudió a confesarse con el sacerdote, quien, al escucharla, no pudo evitar excitarse Le indicó como penitencia que se desnudara frente a él, a pesar de la timidez de la joven, ella accedió El sacerdote, fascinado por su belleza, no resistió la tentación y acabaron teniendo relaciones sexuales Para la joven fue una experiencia impactante, ya que siempre había sentido curiosidad por el sexo anal y ahora lo estaba experimentando con el sacerdote, lo que consideró no como un pecado