No te preocupes, papá, sé lo que estoy haciendo
El padre mostraba inquietud en su rostro, reflejando sus pensamientos Mientras hojeaban un libro, su hija se sentó en él y se dio cuenta de su excitación injustificada Sus acciones pícaras y coqueteos lo abochornaban, dejándolo confundido Ante el acercamiento de su hija, sacó su pene haciendo que ella reaccionara sorprendida A pesar de querer evitarlo, ella lo tranquilizó diciendo que sabía de placer oral y demostrándoselo con su experta técnica Más tarde, ella se abrió de piernas mientras él la complacía sin imaginar que era su hija Ambos no olvidarían aquella salvaje sesión en el salón de casa, culminando con la eyaculación facial del hombre y un pacto de silencio entre ambos