No soy tu progenitora, sino tu madrastra, y me agradas
La madrastra llevaba a la escuela a la joven como de costumbre, pero esta vez algo la hizo detenerse Paró el coche y, sin mediar palabra, tomó su cabeza para hablarle con sinceridad La mujer madura se sentía atraída por la chica, quien era bisexual y no podía negar sus sentimientos A pesar de que la joven le recordó que era su madre, la madura lo refutó, ya que en realidad era solo su madrastra Pronto, se dejaron llevar por la pasión y comenzaron a besarse, lo que las llevó a ir a los asientos traseros del coche y a desnudarse A plena vista de cualquier transeúnte, ambas se entregaron a la lujuria, explorando sus cuerpos y realizando los actos que tanto deseaban pero temían por la posible reacción del padre de la joven