Mis amigas y yo deseamos un pene de color negro
Un día, mis amigas y yo nos obsesionamos con la misma cosa: un pene negro Resulta que era el cuñado de una de ellas, que se había quedado a pasar la noche en casa Durante la noche, mientras él descansaba del jet lag, no pudimos contenernos y nos acercamos a él como depredadoras para liberar su enorme miembro viril de su bragueta El pobre chico se quedó inmóvil mientras las tres le tocábamos, pero al final le terminó gustando que nos turnáramos para saborear su delicioso miembro de boca en boca hasta que eyaculó sobre nosotras