la esposa de mi amigo quiso repetir
Se ve que en la anterior cita le supo a poco y la madura quiso repetir la experiencia con el amigo de su esposo, aquel regordete con mucha fuerza bruta pero con escaso cerebro. Ahora toca fisting en la cocina, el sitio perfecto para reponer fuerzas mientras estas horas y horas dándole duro al sexo. Éste hombre es digno de admirar porque ni siquiera se pajea, tan solo complace sumiso a la casada y la mira de vez en cuando esperando su aprobación, aunque no le hace falta porque con los gritos tiene de sobra.