La cerda se volvía loca con mi polla
Menudo coño que tenía esta madura, de los mejores que me he follado. Por eso me gusta follar con mujeres de cierta edad, porque no se andan con tonterías y son las más cerdas. Además ella estaba buenísima, tenía dos tetas enormes y un culazo perfecto para darme por detrás. La mujer era una conocida mía, en realidad nunca imaginé que acabaríamos follando. Pero una llamada suya un día me hizo darme cuenta de que la tenía a mi disposición. Nada más entrar en la habitación la guarra comenzó a desnudarse, a mi me encantaba ver su cuerpo sin ropa. Pero en cuanto la penetré me quedé asombrado. Tenía un coño carnoso y húmedo, cada vez que introducía mi pene ella gemía como la cerda que era. Solo hacía que pedir mi semen, así que al final se lo echó sobre sus nalgas mientras ella miraba complacida. No fue la única vez que follamos aquella noche, jamás me cansaría de tener sexo con esta mujer, me gustan así de viciosas.