Hija, tienes ya unas buentas tetas…
Que un padre piropee a su hija es normal, pero cuando lo hace refiriéndose a sus pechos es que algo raro pasa por la cabeza de ese maduro. Estaba con la jovencita en su habitación pero no hacía más que hablar sobre sexo y temas varios relacionados. La chica en realidad se estaba poniendo caliente. De repente habló sobre sus pechos diciéndole que los tenía muy bonitos, y cuando quiso darse cuenta le había bajado la blusa para vérselos y posteriormente tocárselos. La chica no se escandalizó, en realidad le estaba sonriendo como satisfecha por aquello. Pero el padre no se detuvo, y tras sus tetas lo que fue a tocar fue su coño. Lo tenía tan mojado y tan caliente que se sorprendió, posiblemente la zorra llevaba ya rato pensando en cosas que no debía pensar. Se sacó la polla, la tenía bien dura, y después la fue desnudando poco a poco hasta que por fin logró lo que quería. Le metió su rabo entero dentro de la vagina húmeda de la joven. Fue la primera experiencia sexual incestuosa que tuvieron padre e hija, pero viendo lo que ambos disfrutaron posiblemente no sea la última.