Es momento de valorar mi propio trabajo
Señoras y señores de moral estricta, preparen sus apuestas porque esta joven no es la única que ofrece su virginidad anal. Aunque el precio por su intimidad no es precisamente económico, vale la pena ofrecer un alto precio para obtener la victoria, incluso si termina en bancarrota. Hay quienes prefieren privarse de comer con tal de adquirir un paquete de cigarrillos, ¿no valdría la pena pasar una semana a base de pan y agua por disfrutar del placer de estar con esta atractiva mujer?