el señor nos envia un regalo del cielo
Los que nos hemos pateado las calles durante años sabemos lo duro que es estar todo un día a la intemperie llueva, truene o nieve y no conseguir ni un solo cliente, por eso cuando a última hora encuentras a alguien dispuesto a escucharte es como una bendición caida del cielo. Hoy los chicos salieron como cualquier otro día a la caza de tías buenas dispuestas a ponerle precio a su coño o su culo, pero se ve que los días nublados no son propicios para esto y todo indicaba que volverían a las oficinas con las manos vacías. De nuevo «El Señor» se apiadó de ellos e in extremis apareció una preciosa Rumana con traza de aceptar sus proposiciones deshonestas. Y aceptó…