Ahora no acudo al barbero, sino que visito la peluquería
En la actualidad, es raro encontrar a hombres con aspecto rudo, con el cabello grasiento y lleno de caspa, cuyo olor a sudor era tan fuerte que la mujer debía perfumar las habitaciones al llegar a casa Puede que suene a nostalgia, pero se extrañan aquellos limpiabotas que solían congregarse en el centro de la ciudad, luciendo impecables y esforzándose por dejar relucientes los zapatos de supuestos caballeros adinerados que observaban con altivez a los transeúntes, pero que en realidad se encontraban en una lamentable ruina También se echan de menos los barberos tradicionales que se dedicaban a afeitar con navaja, dedicando el tiempo necesario para dejarte impecable y elegante Sin embargo, si observamos detenidamente, nos daremos cuenta de que estos servicios en las peluquerías actuales van más allá del simple pago y marcha, ya que ofrecen una atención que supera cualquier superficialidad