a todo depravado le llega su castigo
Pero qué manos más largas tienen algunos doctores o enfermeros, se creen que las tías no se van a dar cuenta de que son unos putos babosos y que aprovechan cualquier mínima oportunidad para arrimar el cebollo o para sobar teta, pues se acabó, a este jodido pervertido se le ha acabado el chollo al menos en el hospital donde está haciendo una sustitución. La ginecóloga y su ayudante son dos lesbianas que practican el sadomaso y han urdido un plan para que al menos este guarro se lo piense dos veces, que caña puritanos, el tipo parecía un muñeco en manos de una rubia de casi 1,90 de estatura que no paraba de darle por el culo con una polla de plástico, luego, lo llevaban en volandas dejando una escena extremadamente dantesca. La paja le cayó al menos, pero después de semejante ridículo alguna compensación tendría que tener el hombre.