quiero que este hombre se corra dentro de ti
Los dos machos no se conocían de nada pero ambos tenían una cosa en común; se estaban follando a la misma mujer. El blanco era su marido y consentía a su esposa que tuviera una relación extra matrimonial, de hecho se consideraba un mirón reprimido que pese a haberlo hablado con su señora en muchas ocasiones, siempre lo hacía en tono de humor. Un buen día se puso en contacto con el amante para probar lo qué sentía al verla follar con otro y la sorpresa de la madurita fue mayúscula; no le habían dicho nada y de repente se presentó en la habitación de hotel su amante, un tipo de color musculoso y lógicamente con un cacharro XXL. A partir de ahí su marido fue un simple espectador, un cero a la izquierda expectante y muy nervioso por todo lo que iba a suceder. Fue tan grande la experiencia que ni se lo pensó, le rogó a su esposa que no pusiera ninguna pega y se abriera piernas para que el agregado terminara dentro de ella.