caballero, ¿no va usted demasiado rapido?
Si dijéramos que este tipo tiene la necesidad de conquistar a las tías que se folla en su taxi pues se entendería que se anduviese con más cuidado y tuviese más calma a la hora de «entrarles», pero este cabronazo ya está vuelto de todo y la cosa es sencilla: si quieres echamos un polvo en el asiento trasero de mi coche y te pago una buena suma de dinero, de lo contrario ya te estás bajando que se subirá otra. Entre sorprendida y excitada, a su última clienta le hacía gracia la situación y estaba algo sorprendida por lo rápido que actuó el colega, le faltaban manos para sobar sus grandes tetas y no era para menos tíos, con esos dos melones solo Dios sabe las locuras que se pueden hacer, ufffffff. No os preocupéis porque la tensa situación duró muy poco, enseguida ella entró en calor y supo seguir el juego perfectamente como si de una profesional se tratase, de hecho tenía pinta de ser muy, muy golfa…