el cliente paga, el cliente manda
No voy a entrar de nuevo en el eterno dilema de si el dinero da o no la felicidad, pero hay algo indiscutible y es que solo con un buen fajo de billetes puedes pagar a putas como la de este vídeo… Feliz y contento no se quedó este tío, sino lo siguiente, aquella jovencita era la perfección personificada y bordaba su papel de señorita de compañia porque sin conocer de nada a ese señor se comportaba como si hubiera sido su pareja de toda la vida. Desde luego acabar tus días con una hembra de estas chupándote la polla mientras te fumas un puro debe ser la más dulce de las muertes, ufffffffff.