Papá, quiero tu polla dentro de mí
El padre no podía creerse lo que su hija quería. Su cara de sorpresa lo decía todo. Cuando la chica le propuso tener sexo el hombre se hizo el sorprendido, aunque una parte de él sabía que algún día acabarían follando. La jovencita siempre estuvo enamorada de su padre, hasta tal punto de que no lo veía como tal, sino más bien como a un hombre. Por eso para ella era algo normal el hecho de excitar a su padre, sabía que él la observaba cuando se duchaba o cuando se cambiaba y eso la ponía caliente. Un día fue ella la que tomó la iniciativa y se lo dijo bien claro: quiero tener sexo contigo. El padre solo tardó un par de minutos en sacarse la polla y metérsela en su perfecto coño hasta correrse.