Papá, ¿puedo acostarme en tu cama?
Parecía una petición inocente, pero la chica tenía su coño mojado de fantasear tener sexo con su padre. Cuando acudió a su habitación ella estaba muy caliente, y cuando el hombre la dejó meterse en su cama ella lo vio como una invitación a follar (tal vez lo era). Nada más entrar en la cama comenzó a comerle la polla. Durante más de media hora padre e hija estuvieron realizando juegos sexuales y follando. Hasta utilizaron el vibrador de su madre, que lo tenía bien guardado en la mesilla. Fue algo espontáneo y de lo que ninguno de los dos se arrepiente, aunque coinciden en saber que no estuvo bien.