Eres una princesita
Cuando llegó de trabajar allí estaba su princesita esperándole, tan guapa y tan bonita como siempre. Siempre la vestía de una forma exagerada, con su vestido y sus lazos en el pelo, pero a él le gustaba verla así. Se acercó a la jovencita y la desató, solía hacerlo cada vez que llegaba a casa. Llegado ese momento la chica sabía perfectamente cual era su papel, por lo que cuando el maduro fue a besarla ella le devolvió el beso. No tardó mucho en comenzar a desnudarla para así poder ver su coño, su culito respingón y sus pequeñas tetitas. Ella le hizo una mamada, le gustaba sentir su verga en la boca. Poco después penetraba su estrecho coño mientras ella gemía como una perra, pronto pasó de princesa a puta.