Detén tus gritos, mujer
No me agradan las mujeres ruidosas, prefiero callarlas Tenía una apariencia provocativa, era evidente que no tendría dificultades en tener relaciones con ella y así fue Una vez en mi hogar, sin ropa, la acosté boca abajo en la cama y procedí a tener relaciones sexuales con ella Emitía gritos escandalosos, por lo que tapé su boca con mi mano, lo cual la excitaba y la hacía poner los ojos en blanco, mostrándose como una mujer muy lasciva Cambiamos de posición varias veces hasta que finalmente eyaculé en su rostro, cubriéndolo de semen